IDEA | Una alegre jornada de “zumba” interrumpió el tránsito en avenida Simpson en Coyhaique el fin de semana.

Frente a la sede social de la Villa Fronteras de la Patagonia, la clase de baile formaba parte de las actividades programadas por la Municipalidad de Coyhaique y el Fosis regional para la jornada de cierre del programa Fondo IDEA.

La iniciativa busca acortar las brechas de desigualdad con propuestas innovadoras y participativas. Los propios beneficiados del programa se convierten así en actores claves de las acciones adoptadas para mejorar su calidad de vida. Entre las medidas adoptadas se cuentan la generación de redes con su entorno, reforzadas con una serie de actividades para alejar a los jóvenes de conductas riesgosas para ellos y su comunidad.

“Junto al municipio hace un  tiempo evaluamos como abordábamos de una manera nueva trabajar con los jóvenes. Porque muchas veces habíamos visto que parte de nuestros barrios hacían noticia por cosas que no eran precisamente las más agradables. Y eso de alguna manera nos involucraba a todos, porque todos participamos de la misma comunidad”, comentó la directora regional de Fosis Claudia Poveda.

“El desafío, entonces, era como dentro de los programas de Fosis, buscábamos una manera más integradora y creativa que descubriera talentos en estos jóvenes, permitiendo mirar a las personas en su totalidad. Despertando esas capacidades de comunicar, y contribuyendo a generar personas más felices e integradas a su comunidad”, añadió la directora de Fosis. En la jornada también participó el alcalde (s) de Coyhaique Orlando Alvarado, más el personal del municipio participante del programa.

El Fondo IDEA sumó en esta ocasión la participación de 30 jóvenes y adultos provenientes de las poblaciones: Ampliación Pablo Neruda, General Bernales, El Bosque, Pablo Neruda y Villa Fronteras de la Patagonia. En la jornada de cierre del programa, los vecinos compartieron juegos al aire libre, sesiones de “pintacaritas” para niños, una “zumbatón”, más la presentación del Orfeón de Carabineros de Coyhaique, entre otras actividades.

Este proyecto concursable dispuso de una inversión de $20 millones. Los recursos se emplearon en trabajo en terreno, talleres, actividades recreativas, además de una labor vinculada a los actores sociales de cada comunidad.

Francisca Díaz, dirigente de la junta de vecinos de Villa Fronteras de la Patagonia, detalló que el programa permitió sumar a jóvenes y adultos del sector, como también a los hijos de estos: “nos ha servido para unir a los jóvenes e integrarlos a la comunidad. Muchos son padres solteros, y esta iniciativa también permitió integrar a sus hijos. Porque nosotros comenzamos esta iniciativa con el tema de reciclado, donde empezaron a fabricarse algunos muebles. Luego ellos les enseñaron a los más jóvenes, y así siguió la cadena, que les ha servido también en términos productivos”.

El asesor de la comunidad cristiana de la población General Bernales, Víctor Jiménez, valoró a su vez que se considere a los propios actores sociales en las problemáticas que les afectan: “nuestra idea siempre ha sido trabajar desde dentro de las comunidades y con la misma gente que las integra. Partimos intentando insertar a la juventud, también a la gente mayor, a los discapacitados”.

“En este curso de guitarra participó una persona que dentro de su discapacidad tenía atrofiadas sus manos y ahora por lo menos puede hacer una postura. Eso ha sido un gran logro para él. También ha servido para sacar a los jóvenes de sus ratos de ocio, activando esto en favor de la comunidad”, añadió el diácono permanente de la Iglesia de Aysén.