Opinión

“Tirador Activo”: De Columbine a Puerto Montt


Por Gonzalo Garín
Experto en Seguridad Humana


La mañana del 20 de abril de 1999, a las 11:14 horas, la comunidad de la Secundaria Columbine, en Colorado, EEUU, comenzaba a ser golpeada por una de las masacres estudiantiles más importantes en la historia de ese país, y que marcaría el principio de un nuevo fenómeno criminal para la Oficina Federal de Investigación (FBI). Más de una decena de jóvenes junto con un profesor, fallecían a causa de los disparos percutados por 2 de sus propios estudiantes, armados con rifles, escopetas y explosivos, ambos posteriormente acabarían con sus propias vidas.   

  La denominada “Masacre de Columbine”, ha inspirado desde ese momento una serie de películas, reportajes y estudios, un hecho que claramente no quedó aislado para ser un triste recuerdo en el país del norte.

 Al contrario, los eventos continuaron en colegios, fábricas, parques, iglesias, en fin, cualquier lugar donde se congregara gran cantidad de personas, pudiendo ser espacios abiertos o cerrados, nacía así para las asociaciones de policías estadounidenses el fenómeno “Tirador Activo”, vale decir ,una o más personas que actúan activamente en un determinado espacio con gran afluencia de personas con la única intención de asesinar o lesionar al mayor número de éstas en el menor tiempo posible.

 Según las estadísticas de casos, son suficientes entre 10 y 15 minutos, en que utilizando para el efecto, principalmente, armas de fuego, puede sumar además; cuchillos, palos, vehículos, etc., todo lo que les permita dañar es válido.

Con el paso del tiempo, las mismas instituciones agregarían una nueva tipificación cuando existieran más de 3 víctimas, no considerando al perpetrador “Ataque Masivos”,  motivándose con ello la generación de una serie de protocolos en los que se estandariza el actuar por parte de las diferentes comunidades, educativas, empresariales, gubernamentales, sociedad civil, conocido como “Respuesta Civil Ante Atacante Activo y Ataques Masivos”. Pero los casos continúan, los tiroteos masivos se están produciendo con una frecuencia asombrosa en EEUU este 2023, con una media de aproximadamente de un caso por semana, según una base de datos publicada por The Associated Press y USA Today, el último ocurrió hace solo un par de semanas en el estado de Maine con al menos 22 fallecidos.

El 27 de mayo 2019, cerca de las 9:00 horas, una jornada normal del 1ro. medio del Colegio Patagonia College de Puerto Montt, eran interrumpida por un sujeto que vestía con chaqueta militar y cubría su rostro con una máscara de la serie “La Casa de Papel”. El hombre percutó un revolver hacia los jóvenes que permanecían en el interior del establecimiento educacional, un impacto balístico que alcanzaría a uno de los estudiantes dejándolo lesionado. La acción oportuna y valiente de un profesor, impediría que el atacante continuara con su tarea, obligándolo a huir por el mismo lugar por donde minutos antes ingresara, sin que nadie advirtiera algo extraño. También la rápida acción de Carabineros permitiría la detención del autor minutos después, siendo el responsable un alumno del mismo curso afectado, que premunido de un revolver marca Taurus calibre 32 -sustraído a su abuelo- planificó y ejecutó lo que podría ser considerado el primer caso de “Tirador Activo” en una comunidad educativa de Chile.

La investigación posterior, llevada por el OS-9 de Carabineros de Los Lagos y el fiscal Marcelo Sambucceti, lograrían establecer la existencia de una carta escrita por el adolescente que daba cuenta de sus intenciones. El joven además había advertido previamente a su grupo más cercano de amistades que algo ocurriría ese día 27. En el mismo orden, el Labocar establecería que fueron percutados 3 disparos, pero solo uno se logró ejecutar, llevando el atacante además 12 municiones más en su mochila al momento de su detención. Un hecho curioso, es que el joven sentía fascinación por la masacre Columbine, patrón que se repite en otros eventos a nivel mundial.

Si bien han pasado muchos años desde el 2019 desde esa mañana en Puerto Montt, la tranquilidad de las comunidades en general se sustenta en un actuar social ampliamente estudiado llamado “Sesgo de Normalidad”. Es decir, pensar que todo siempre estará bien, porque nunca pasa nada malo, pero las cosas pasan. Solo en lo que va de este 2023 en Chile, han existido más de una veintena de amenazas de masacre escolar, que si bien no se han materializado, generan el pánico en la sociedad, iniciándose por ello una investigación por parte de la PDI, la que tuvo como resultado detenciones asociadas a ilícitos que iban paralelo a las amenazas.

En este contexto, nuestra región no está exenta, a fines de junio del presente año la comunidad escolar del Colegio Santa Teresa de Puerto Aysén vivió en carne propia el miedo de estas amenazas, afortunadamente, se trataba de un alumno de 14 años que decidió, equivocadamente, realizar es “pitanza”, y que luego fue identificado y detenido por la PDI.

Pero, cuando sea verdad, ¿estaremos preparados?, ¿los equipos de emergencia tienen protocolos ante atacantes activos?, ¿el PISE (Plan Integral de Seguridad Escolar) está a la altura de un evento de atacante activo?,  muchas interrogantes surgen de este tema y pese a que se golpean puertas para conversar, aportar lineamientos, estrategias, etc., trabajar por la seguridad de todas las comunidades es difícil cuando el Sesgo de Normalidad invade a todo nivel. Desafortunadamente la cultura “chilensis” nos ha enseñado que luego de la tragedia se implementan las medidas de prevención, estamos en un despertar de fenómenos delictuales a los que como país no estábamos acostumbrados, ni preparados, no esperemos que ese despertar se instaure en la vida cotidiana por lo que se debe actuar ahora en la prevención, identificación y neutralización de este tipo de fenómenos, que al igual que los secuestros merecen toda la atención del Estado y la empresa privada.

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