[OPINIÓN] ¿Cómo nos defenderemos de los nuevos medidores, drones y chip?

Por Claudio Díaz P. @claudio_diazp 
Periodista

Hace 70 años George Orwell publicó la novela “1984”, un relato de ficción sobre una sociedad totalitaria en que una gran pantalla de televisión vigilaba y controlaba a cada persona en el mundo: era el Gran Hermano que espiaba todo… y a todos.

…en Chile, no existe legislación moderna que nos proteja de cómo se capturan los datos que afectan nuestra intimidad y menos cómo se deben manejar…»

Hoy pareciera que ya tenemos un gran hermano, o dos, o tres… porque finalmente ¿qué pasa cuando nos piden el número de RUT al pagar en una farmacia o un supermercado? ¿o cuándo voluntariamente entregamos datos de nuestra vida privada a Facebook para jugar a qué famoso nos parecemos?

El manejo de datos de la vida privada está recién comenzando a preocuparnos, pero hace tiempo que las corporaciones capturan información al máximo, para luego analizarla y saber qué hacemos, a qué hora, con quién… cómo nos comportamos.

Parte de esa discusión está en los “medidores inteligentes” que capturan información a tal nivel que la empresa eléctrica podrá saber cuándo se enciende una ampolleta, a qué hora cargamos el celular o si trabajamos en nuestro computador el fin de semana.

En Holanda, hace ya una década, se detuvo la instalación masiva de estos aparatos, cuando asociaciones de consumidores lograron establecer seriamente con estudios que eran capaz de vulnerar la intimidad de las personas con la captura de datos. Hoy la misma discusión tiene a Alemania bajo la lupa a los «smart meters» o medidores inteligentes, para que antes de instalarlos se apruebe una normativa que garantice que los datos que las empresas eléctricas utilicen sean solo los de consumo y pago.

Pero esto suma y sigue en Chile. Hace solo días, el Gobierno anunció un nuevo sistema de televigilancia a través de drones, que desde el cielo lo grabarán TODO. Mientras colegios en 4 regiones del país, implementaron un chip en las mochilas de 20 mil alumnos, para monitorear la asistencia de cada estudiante y combatir el “ausentismo crónico”.

El gran problema es que, en Chile, no existe legislación moderna que nos proteja de cómo se capturan los datos que afectan nuestra intimidad y menos cómo se deben manejar, lo evidente es que cada vez estamos más expuestos a vigilancia ultratecnológica y cada día habrá más interés por nuestros datos y hábitos de consumo privados, ¿qué haremos al respecto…?