Académico aborda por qué es tan atractivo el litio de Chile
Estrategia Nacional fue presentada hoy por el Presidente de la República y cuáles podrían ser los riesgos que impedirían aprovecharlo.
Chile cuenta con una de las mayores reservas globales de litio y es el segundo productor mundial de litio, por detrás de Australia. En este contexto, variantes como la negociación de contratos y cómo asegurar el valor agregado son aspectos clave para tener en cuenta y que aborda académico.
El gobierno presentó hoy la Estrategia Nacional del Litio, que busca fomentar el desarrollo de la industria minera del litio, aportar a la diversificación productiva y potenciar el desarrollo regional de Chile en esta materia.
Para Juan Nagel Beck, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de U. Andes, “la estrategia del litio incluye varios riesgos. Uno de ellos, es que, al obligar al Estado a hacer socio mayoritario en estos proyectos de exploración y explotación, los privados que son los que mejor manejan el conocimiento acerca de cómo explotar este recurso de forma eficiente, podrían abstenerse o no estar tan interesados”.
A esto, Nagel añade otro riesgo que se corre, “el de la politización de la industria; y que no hay suficiente adopción de suficiente tecnología para poder aprovechar las enormes ventajas que tiene Chile con respecto a la explotación de este mineral”, menciona.
Chile, es el país con una de las mayores reservas de litio en el mundo, denominado el “oro blanco” por sus diversas cualidades que lo califican como un mineral estratégico. Es muy requerido por su apreciado valor en la industria de los vehículos eléctricos, al ser materia prima esencial para la fabricación de las baterías que se requieren en este tipo de móviles.
“No sólo eso, el litio de Chile es particularmente atractivo en el sentido de que está muy concentrado en los salares y la forma de extraer el litio en Chile es muy eficiente desde el punto de vista energético. Porque se extrae a partir de aguas saladas, y se deja evaporar el agua y lo que queda es un litio de muy alta calidad y concentración. Eso hace que Chile sea muy atractivo con la inversión extranjera; pero, por otra parte, si el gobierno impone condiciones que a los privados no les conviene podría desalentar la inversión”, explicó el académico.
Por otra parte, Nagel cree que la negociación de los contratos será dura.
“Pienso en la estabilidad en términos de las tasas de impuestos y los royalties que se van a cobrar a estas empresas, cómo se van a tomar las decisiones dentro de estas alianzas público-privada; qué obligaciones va a tener cada contraparte, qué obligaciones tendrán en caso de que ocurran ciertas cosas como, por ejemplo, en el caso de que el mercado del litio se vaya para abajo o para arriba”, finalizó Juan Nagel.
En la década reciente la demanda de litio aumentó de manera significativa a escala mundial, lo cual ha intensificado la competencia geopolítica y las batallas geoeconómicas por el control de sus depósitos y de las cadenas de suministro de las baterías de litio, siendo un área de atención mundial la región del “triángulo sudamericano del litio” que conforman Bolivia, Argentina y Chile.
Finalmente, sumado a esto, el cómo asegurar valor agregado en la cadena de producción y no solamente extraer el mineral sino también refinarlo aquí en Chile y que se genere conocimiento aquí en Chile, “es otro aspecto importante para tener en consideración”, mencionó el académico.