Opinión

El cobalto, clave de la transición energética de Chile


Por Danilo Zurita O.
Profesor de Ingeniería Eléctrica de la USM


El cobalto es uno de los metales de los cuales no se habla mucho, pero en la búsqueda del cuidado del medio ambiente y el proceso de transición energética tanto a nivel nacional como mundial, cobra protagonismo debido a sus características de resistencia a altas temperaturas, que lo hacen ideal en el uso de baterías que se utilizan en los vehículos eléctricos.

De color blanco con tonos azulados, por lo cual algunos analistas lo han considerado el “oro azul”, el cobalto está siendo estudiado a través de varias investigaciones.

La transición energética que se está llevando a nivel mundial, y especialmente en Chile, tiene varias aristas, que dicen relación con la descarbonización y desfosilización de la matriz, una penetración importante de energías renovables, y el uso eficiente e inteligente de la energía.

Pero para que ello se materialice serán necesarios elementos e infraestructura que nos permitirá gestionar nuestra energía -a través del almacenamiento- y también otra manera de transportarnos, con el uso masivo de electromovilidad. En ambos casos, el cobalto es un mineral esencial.

Su alta resistencia a la temperatura lo hace ideal para su uso en baterías. Otros metales pueden sobrecalentarse y producir riesgos de incendio, a diferencia del cobalto que es óptimo como cátodo de baterías de ion-litio.

En relación a la producción mundial de cobalto, estuvo cerca de las 160 mil toneladas el año recién pasado, donde la República Democrática del Congo es el principal productor, con casi el 75%. Hay estudios que establecen que Chile tiene un potencial de producción cercano a las 25 mil toneladas anuales, lo que inmediatamente nos pone entre los principales productores.

Asimismo, se estima que la demanda de cobalto también irá en aumento, debido a las necesidades de transición energética, en materia de almacenamiento y electromovilidad.

Durante el siglo XX la demanda de cobalto fue muy alta debido a 2 hechos: el auge de la industria aeroespacial donde se utilizaba en aleaciones con aceros especiales con el fin de fabricar turbinas y motores. En la Segunda Guerra Mundial también se construían armamentos con cobalto.

El fin de la guerra fue detonante para el término de la extracción de este elemento y las faenas dejaron de operar. Sin embargo, las vetas siguen existiendo principalmente en el norte chico, de acuerdo a datos del Sernageomin, hasta mediados del siglo pasado se extraía principalmente en la zona de Huasco, y también en los alrededores de Copiapó. Incluso, se extrajo cobalto en la zona central.

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