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A 3 años de la muerte de Oscarito, responsables siguen trabajando en el Hospital de Coyhaique

Sumario interno del Servicio de Salud Aysén determinó que 2 facultativos debían ser removidos de sus funciones.


Este 17 de octubre se cumplieron 3 años de la muerte de Oscarito Real Fernández, quien fue víctima de una cadena de errores fatales en la atención médica que recibió en el Hospital de Coyhaique a fines de 2017, lo que se determinó tras un sumario interno con responsabilidad y sanciones para 4 médicos involucrados, 2 de ellos con destitución del principal centro de salud de la región.

Sin embargo, y pese a lo anterior, se mantiene el dolor y la frustración de Martina y Óscar, padres del bebé que con 2 años y medio de vida sufrió una atención y procedimientos totalmente inadecuados, al acudir al centro asistencial con un cuadro respiratorio agudo y diagnóstico de un metaneumovirus.

La muerte del menor en la UCI del Hospital de Coyhaique, dio origen a un sumario administrativo del Servicio de Salud Aysén, que tras 2 años y medio de gestiones y solicitudes fue posible conocer por parte de la familia, revelándose en marzo de este año los resultados.

La investigación estableció medidas disciplinarias de destitución para 2 médicos pediatras; Marco Antonio Reyes Mendoza y Leonardo Andrés Maggi Campos, éste último por 9 cargos, al ser el directo responsable de las demoras vitales para atender, resolver e incluso derivar oportunamente a Oscarito a un centro de mayor complejidad, fuera de la Región de Aysén. También el sumario sanciona a otras 2 médicas; Gissella Del Río Hernández y Carla Cárcamo Vidal, con la medida disciplinaria de Censura.

“No podemos entender, más allá de la burocracia administrativa que con un sumario concluido, con responsabilidades establecidas y sanciones específicas determinadas sobre quienes resultaron responsables de la muerte de nuestro pequeño hijo, estas personas sigan trabajando en el Servicio de Salud Aysén y en el Hospital de Coyhaique. Desde el punto de vista ético y sanitario nos parece un absoluto contrasentido y un acto total injusticia”, comentó Óscar Real Leal, padre de Oscarito.

Por su parte, la madre Martina Fernández, señaló que “el único avance en estos 3 años es que con mucho esfuerzo hemos logrado que al menos se sepa la verdad, pero no ha habido justicia ni sanción real para quienes finalmente juegan con la vida de nuestros niños, y que son contratados en la región pese a tener historial de antecedentes de cuestionados desempeños en otros centros hospitalarios del país”.

La familia Real Fernández recordó que el sumario del Servicio de Salud Aysén comprobó entre otras situaciones irregulares que Oscarito vivió 21 horas en estado crítico y sin evaluación profesional, con el médico tratante dando indicaciones vía WhatsApp o telefónicamente, argumentando para ello no tener tiempo disponible y reconociéndolo como una práctica habitual, mientras el lactante estaba en riesgo vital y necesitaba atención presencial, profesional y urgente. A ello se suma que con un menor internado en la UCI en condición de extrema gravedad, el facultativo responsable directo de su atención, Leonardo Maggi, no estaba presente en el recinto, siendo su obligación estar disponible presencialmente en todo momento.

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