Martes 18 de octubre 2011: Columna de Jorge Díaz Guzmán
Eso de la ‘sondeocracia‘
Por Jorge Díaz Guzmán
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl
Por estos días los gobiernos, las empresas, los partidos políticos y los centros de estudios basan su diagnóstico social en lo que señalan las encuestas y las estadísticas. Este fenómeno mundial tiene prisioneros a quienes toman decisiones en lo que se ha denominado sondeocracia, es decir, antes de aplicar una política pública, de introducir un producto en el mercado o para construir un discurso destinado a la ciudadanía sin rostro, primero se hacen encuestas, se recopilan datos estadísticos o se hacen trabajos con grupos objetivos para conocer sus opiniones y reacciones sociales.
Una encuesta es un estudio complejo que permite medir diversos comportamientos de la sociedad. Los datos se obtienen a partir de realizar un conjunto de preguntas normalizadas dirigidas a una muestra representativa o al conjunto total de la población estadística en estudio.
En la actual coyuntura global, los gobiernos están desconcertados, ya que la ciudadanía no tiene un comportamiento constante, respecto de determinadas situaciones que le afectan, ya que hoy -dicen las encuestas-, la gente no se mueve por ideologías determinadas, sino por los efectos que siente en su vida diaria, ya sea por consecuencias económicas o por la aplicación de determinadas medidas – que luego de un estudio de opinión-, implementan los gobiernos. Aunque parezcan contradictorias, hoy las mediciones, no son confiables porque los escenarios cambian de manera vertiginosa.
Esta realidad social, hace que quienes toman decisiones, basadas en las mediciones de opinión y no en sus propias convicciones, permanecen en una permanente duda, si la decisión tomada fue la correcta, y para ello, deben hacer una nueva encuesta, convirtiéndose en prisionero de ellas.
Para nadie es un misterio que el Presidente Piñera, usa las encuestas como mecanismo válido en la toma de decisiones, lo que se evidencia en los permanentes cambios de opinión y en la crítica que recibe de parte de sus propios partidarios. Tanto es su dependencia por las encuestas que el Presidente tiene su propio referente que mide opinión pública (Fundación Futuro) y además reclutó, como uno de sus asesores principales, al propio Roberto Méndez, director de la empresa Adimark, dedicada a la medición de opinión pública.
Esta manera de gobernar o de tomar decisiones, basada en la sondeocracia, está dejando sin conducción política a la opinión pública, ya que una encuesta, lo que mide es la opinión que tiene un determinado grupo social respecto de un tema que podría afectarle, pero carece de una postura ideológica, por tanto no refleja el pensamiento político del encuestado.
Si nos preguntan ¿usted está de acuerdo con que la bencina sea más barata?, la respuesta es obvia, pero esa respuesta no se hace cargo de que opinamos respecto del impuesto específico o de cómo financiar determinada política pública.
Sin duda las encuestas son una herramienta, un dato a tomar en cuenta, pero, a mi juicio, nunca podrá reemplazar el fundamento de las ideas y el ejercicio democrático para dirimir, quien y como se debe gobernar un país.
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