Opinión

Martes 31 de mayo 2011 – Columna de Jorge Díaz G.

No confundir la Historia, con otras «historias»

Por Jorge Díaz Guzmán
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

Escucha el programa Después D – Martes 31 de mayo 2011

Desde hace un tiempo, estamos en presencia de un proceso de revisionismo de la  historia, ese ejercicio que permite reanalizar los hechos ocurridos a partir de nuevos antecedentes, que al momento de ocurrir determinados acontecimientos, que cambiaron la dirección de la historia, no estaban a mano o quien narró esos episodios tenía cierto sesgo para interpretarlos. Siempre se ha dicho “la historia la escriben los vencedores”, los que han triunfado en todas las escaramuzas que viven las sociedades humanas.

La reinterpretación de la historia a veces es una necesidad, para precisar hechos a las nuevas generaciones, en otras, simplemente un oportunismo para modificar ciertos hechos históricos o  la necesidad de establecer una verdad oficial.

Uno de los casos más emblemáticos del revisionismo histórico reciente, es el denominado holocausto judío. Durante mucho tiempo, se habló de los diversos hechos ocurridos durante la segunda guerra mundial y las acciones nazis en contra del pueblo judío. Luego de la consolidación del Estado de Israel y de la recuperación de las fortunas de eminentes judíos, vino una avalancha de relatos, recopilación de hechos, películas e implementación de centros de estudios e investigación para establecer una verdad oficial, instalar en la conciencia mundial el origen y consecuencias del Holocausto, y desde allí la construcción de la historia.

También lo hay respecto de la religión católica y el poder de su Iglesia, de su responsabilidad en la época de la inquisición, el rol de los Papas en las cruzadas y en el proceso de evangelización del nuevo mundo. Hoy, dependiendo de la ideología que tenga quien arremete contra los antecedentes históricos, incluso, puede generar cambios sustantivos en las apreciaciones de los hechos y producir consecuencias no deseadas en la historia.

En nuestro país, con una historia breve y pequeña, tenemos diversos procesos en revisión de nuestros episodios, más aún, dando a conocer hechos ocultados por los historiadores oficiales. Un ejemplo claro es lo que ocurre con el movimiento neoindigenista, que descubre, muestra e interpreta de manera distinta su lucha desde su encuentro con los primeros soldaos españoles. ¿Fue un encuentro de 2 culturas, fue una invasión, conquista, usurpación?; ¿Lo realizado por el Ejército chileno, durante casi 50 años denominado “Pacificación de la Araucanía” fue una matanza indiscriminada del pueblo mapuche, una política de Estado para reconquistar las tierras recuperadas por los clanes mapuches?.

Hoy ese proceso de nuestra historia, está en pleno estudio, hasta que se establezca una historia oficial.

Por estos días, con sus protagonistas caminando por las calles, estamos nuevamente revisando la historia. La noticia mundial de la exhumación del cuerpo del ex Presidente Salvador Allende, la aún poco clara forma en que falleció el ex presidente Eduardo Frei Montalva, la querella presentada por la muerte del Premio Nobel Pablo Neruda y los cientos de escritos respecto de las causas del quiebre democrático en Chile, son claros ejemplos de un proceso de revisionismo, necesario a veces para determinar  el devenir de la historia. Todos los pueblos requieren de un proceso pedagógico y de saneamiento social, respecto de sus episodios históricos. No se trata sólo de escarbar el pasado con fines espurios, ni para reinterpretar la historia por voluntarismo político para obtener ventajas transitorias y menos para obtener algunos puntos en el ratting de algún medio de comunicación.

El revisionismo servirá, en la medida que el estudio se haga con rigurosidad historiográfica y científica. Porque al final lo que buscamos  los seres humanos  es esa verdad, que siempre parece esquiva.

De lunes a viernes, de 14 a 15 horas, por www.radioventisqueros.cl/radio_online.html

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