ClaveDomingo

Habla madre de Richard Villarroel

 

Más de 2 meses en el campamento “Esperanza”, conteniendo la pena y sin perder la fe, la mamá de Richard Villarroel estuvo al lado de su hijo durante 2 meses, acompañándole, pero sin poder abrazarlo hasta este 13 de octubre, cuando finalmente se logró el exitoso rescate de  los 33 y del n°28, el joven coyhaiquino de 23 años.

Por Claudio Díaz P. 

 

   Tres días después del accidente que dejó mudo al país, Antonia Godoy viajó a Copiapó. Tenía fe en que su “guagua”, su “cabro chico”, como le dice a Richard, estaría con vida. Después de 70 días de angustia familiar, reconoce que lo más fuerte fue no saber nada durante los 17 días, sin embargo, hoy mantiene reunidos a sus 3 hijos: Álvaro (27), el mayor, la pequeña Antonia (11), y Richard (23), quien no ve el momento de volver a su tierra natal, no sin antes pasar por Ovalle, donde se encuentra su polola Dana Castro que lo espera con el mejor regalo, el hijo que dará a luz a mediados de noviembre: Richard Fernando.

  “Dios le dio otra oportunidad, fue un milagro”, comentaba la feliz madre, cuando en las últimas horas del miércoles 13 de octubre, justo momentos después que recuperó a su hijo entre aplausos, gritos y lágrimas de alegría, habló con EPD.

 

Rezábamos día y noche

 

¿Señora Antonia cómo se enteró de la noticia del accidente?

   Yo lo supe al otro día, me avisaron por teléfono en la tarde, no lo creí porque mi hijo cuando me llamaba me decía que el trabajaba afuera. Fue cuando dieron la noticia en la televisión y salió su nombre, ahí fue que realmente supe, no podía creerlo que él realmente había estado ahí.

¿Y cuánto días lleva en Copiapó?

   Hace 2 meses que estoy acá, llegué el 8 de agosto, y llegué con ayuda a la gobernación de Coyhaique. Mucha gente me llamado, y del gobierno de Coyhaique, dándome fuerza a mí y a Richard.

¿Y la estadía como ha sido?, en el campamento no hay muchas comodidades…

   Claro, pero eso no importaba, paso a ser de segundo plano, lo que importaba era saber si estaban vivos y bien.

Hace 2 años que su hijo se había ido al norte…

   Hacia años que no lo veía, solamente nos comunicábamos por teléfono.

¿El tuvo que irse buscando oportunidades de trabajo?

  Claro, él se vino a trabajar acá a Copiapó a la mina, pero cuando conversábamos por teléfono, él me decía que no era peligroso, que él iba a trabajar por unos meses no más, para comprarse un camión y volverse a Coyhaique.

¿Cuáles han sido los momentos más complejos que vivieron como familia en estos 2 meses?

   Lo más fuerte fue no saber nada durante los 17 días en que los 33 estuvieron abajo, que no se sabía nada. Eso fue una angustia muy grande.

¿Y en qué se apoyaron para pasar esos momentos difíciles? 

   Bueno, las 33 familias estábamos bien unidas, se iba a rezar todas las noches en el casino, se rogaba a Dios. Y ellos también lo hacían, cuando mi hijo me empezó a escribir, cuando supimos que estaban todos vivos, me decía “mamá sabe que rezamos a las 12 del día, a las 9 de la noche también”, así que rezaban ellos y rezamos nosotros de arriba.

 

Un hijo que renace

 

¿Como vio a Richard al salir de la mina?

   El momento cuando lo estábamos esperando, mientras lo estaban subiendo me pareció una eternidad, yo ya quería sacarlo yo misma, fue una emoción tremenda ver a mi hijo que venía gritando desde abajo.

Richard fue el n° 28, ¿cómo fueron esas horas de espera, mientras rescataban a los otros mineros?

   Esas fueron horas intensas. Ahora voy a poder estar algunos minutos más conversando con él en una sala que tenemos acá, que nos han preparado para la familia. Él ahora está siendo tratado con suero, a todos los mineros se lo hacen,  tienen que ponerle suero, bañarse y revisarlo. Después lo pasan a estas salitas que están destinadas a la familia.

¿Lo encontró bien?

  Se ve bien gordito en la tele, pero está delgado ‘mi guagua’.

Richard se veía de buen ánimo, con energía, le dio gracias a Chile y a Coyhaique.

   Si, en Coyhaique han estado muy preocupados, me avisaron y me llamaron que iban a estar pendientes de él. Y él sabía que estaban apoyándolo desde allá

…Y salió con una bandera.

Si salió con esa bandera, que va a llevar a Coyhaique, está escrita y firmada por todos los mineros.

¿Qué viene hacia delante luego de los chequeos médicos?

   Si le van a hacer (a Richard) un chequeo médico, lo van a evaluar y después nos vamos a Ovalle a ver a la polola que va  a dar a luz. Y luego nos vamos a Coyhaique.

En Ovalle, la polola de su hijo lo espera con un hijo que viene en camino…

   Si, todavía no nace. Solamente se había comunicado por carta para saber como está creciendo la guatita y todo eso. Entre el 15 ó 16 de noviembre la polola tiene fecha para el parto.

Richard quiere volver lo antes posible a Coyhaique…

Si, eso es lo que él quiere, y quiere presentar su hijo a su gente. En las cartas decía que iba a volver y a instalar una panadería.

Y esto es como un renacimiento de su hijo…

   Siii, claro que si, noté a mi niño ya como grande, pero también noté que era un niño que realmente en estos 2 meses le faltó su familia al lado de él.

El reencuentro de Richard con su familia dio la vuelta al mundo.

Usted decía que él era como un ‘cabro chico’…

   (Ríe) A lo mejor ahora con esto va a madurar un poquito, porque si, era un niño en un cuerpo de un hombre, pero a lo mejor esto lo va a hacer pensar, porque Dios le dio otra oportunidad, entonces todo eso le va a servir a él para mirar la vida de otra manera.

   Richard Villarroel Godoy, fue dado de alta del hospital de Copiapó en menos de 24 horas, el pasado jueves 14, y seguirá acompañado por su familia en las próximas 3 semanas, para llegar a Coyhaique la última semana de noviembre con su hijo para comenzar una nueva vida.  

 

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