La verdad sobre el «18»de 1810 y la Independecia
¿Son realmente 200 años de Independencia?, ¿hubo Junta de Gobierno para emancipar a Chile de España?, ¿Existía Chile en 1810? ¿Qué pasó el 12 de febrero de 1818?
Por Equipo EPD
Es sabido que el 18 de septiembre se conmemora la creación de la Primera Junta de Gobierno en Chile y nuestra Independencia como República. El hecho no fue aislado, pues tuvo lugar dentro de un proceso de carácter continental, y nunca buscó que los territorios americanos se separaran de la corona española.
“La primera Junta de Gobierno no buscaba la emancipación, sino una mejor manera de administración por parte de la Corona. Por otro lado, antes no existía Chile, existía una Capitanía General del Reyno de Chile, por lo que mal podría haberse pretendido ‘emancipar’ un pueblo que no existía, sino que se iba a crear después de la lucha contra la Corona. Para el caso chileno, Mario Góngora fue certero en aseverar que fue el Estado quien creó la nación chilena y que previo a la independencia la noción de Chile Nacional no existía como tal”, explica el historiador Mauricio Osorio.
Así, todo se debió más bien a una reacción que tuvieron, primero, los españoles de la península, de organizarse en juntas, con la intención de mantener la soberanía del monarca español Fernando VII, quien se encontraba cautivo a raíz de la invasión napoleónica a España. Ciertamente, esta instancia sirve a varios sectores de la aristocracia criolla para manifestar algunas de sus demandas, tendientes a alcanzar mayores cuotas de poder a nivel local y mejores posibilidades de establecer relaciones comerciales con otras potencias ajenas a la metrópolis.
Monarquía dura
Osorio dice que pese a que la independencia interpreta a todo el país, “esto es claramente un mito a la luz de las recientes luchas de los pueblos originarios. Pero históricamente fue un mito también respecto de Chiloé, un espacio social absolutamente monárquico por varias decenas de años después de la ‘independencia’”.
El historiador detalla que la riqueza de Chiloé en términos culturales se debe en gran parte a que conservó una cultura ibérica que se mezcló de manera increíblemente rica con la cultura originaria de dicho territorio, algo similar se podría entender respecto de la Patagonia Aysén.
Por otra parte, recuerda Mauricio Osorio, Chile se quedó con las grandes provincias del norte grande después que triunfara en la Guerra del Pacífico, guerra que fue impulsada principalmente por los intereses ingleses en el salitre y otros recursos no renovables de ese territorio, y muchos asumen que el norte grande siempre fue chileno.
“Esta guerra, significó además la decisión de abandonar posesiones o posiciones en el extremo sur de la naciente y aún débil nación-estado, por el temor fundado o no en una invasión o beligerancia de Argentina en el conflicto del Pacífico”, puntualiza Osorio.
Fue en 1818
Oficialmente, la Independencia de Chile se declaró el 12 de febrero de 1818 y, por tanto, la idea de los 200 años de ‘vida independiente’, no sería cierta sino hasta el 2018. Tras la Junta de 1810 hubo un periodo de 4 años de Reconquista (1814 – 1818), es decir, en que aún hubo instituciones monárquicas, y varios golpes de Estado.
Ejemplos: en 1818, Concepción al mando de Ramón Freire, todavía enfrentaba importantes conflictos con la elite dirigente capitalina. En tanto, Valdivia seguía siendo reducto del Rey, lo que terminaría recién en 1821 con la conquista por parte del almirante Inglés Lord Cochrane. Por su parte, Chiloé con el general Antonio Quintanilla, seguía resistiendo en su apartado reducto imperial, hasta 1826.
La Patagonia, hasta entonces casi inexplorada salta a la palestra nacional “a partir de las exploraciones de Hans Steffen entre 1892 y 1898, pues es él quien da a conocer el territorio de Aysén al resto del país y por su trabajo y seriedad fue posible que Chile se quedara con la Patagonia Occidental, respetando la idea de la divisoria de aguas en esta zona, antes que las altas cumbres, que era lo que pretendía Argentina hasta incluso parte del siglo XX”, explica Mauricio Osorio.
Por su parte, el historiador Gonzalo Aravena, de la Corporación Chilena de Estudios Históricos, agrega el componente de la “frontera mapuche” que iniciaba su anexión por orden de José Joaquín Pérez, sólo en 1861, y a su juicio “bajo el patético eufemismo de ‘pacificación de la Araucanía’; y las provincias norteñas de Tarapacá y Atacama anexionadas recién a fines de aquel siglo XIX, tras la Guerra del Pacífico. Colma esta secuencia la incorporación a la nación de la Isla de Pascua por el marino Policarpo Toro en 1888, sin que nadie preguntara a sus polinésicos habitantes si querían pertenecer a la nación, como tampoco se hizo en los casos anteriores”.
¡Junta queremos!
El 18 de septiembre de 1810, y después de un Cabildo Abierto que la convocara al grito de ¡Junta queremos!, se lleva a cabo la sesión de la Primera Junta de Gobierno de Chile. Integrada por el gobernador interino, Mateo de Toro Zambrano y Ureta, como presidente; José Antonio Martínez de Aldunate, como vicepresidente; José Gregorio Argomedo y Gaspar Marín, como secretarios; Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rosas e Ignacio de la Carrera, como vocales; y Francisco Javier Reina junto con Juan Enrique Rosales, como representantes de la Asamblea. En ella no sólo se discutieron materias relativas a los sucesos de España, si no que también temas relacionados con los intereses de la élite y del futuro del territorio chileno.
La Junta acordó 4 resoluciones: reorganizar las tropas del Ejército chileno, convocar a un Congreso Nacional, declarar el libre comercio internacional, anulando la reforma borbónica de 1778 y establecer comunicaciones con la Junta de Buenos Aires, buscando alianzas ante el posible asalto de las tropas del virrey del Perú.
Todos estos hechos, que ciertamente apuntan hacia un gobierno autónomo, fue visto por muchos partidarios del rey, como por ejemplo el virrey peruano, como una afrenta a los intereses de la Corona, que no debía continuar. Más tarde y a partir de lo anterior se iniciaría el proceso revolucionario, el cual culminó con la Independencia de Chile, proclamada el 12 de febrero de 1818 y consolidada en la batalla de Maipú.
Curioso que se le atribuya ese texto a otro historiador, cuando es exáctamente el mismo que publicó Gonzalo Aravena hace un tiempo en http://www.estudioshistoricos.cl. La copia es tan descarada que hay hasta párrafos textuales del texto. Me parece una falta de respeto dicho robo de producción intelectual.
Estimado Lector:
Agradecemos su comentario.
Efectivamente el historiador local Mauricio Osorio dentro de su relato tomó como fuente a la Corporación Chilena de Estudios Históricos, fuente a la que también El Patagón Domingo acudió para elaborar parte del texto, lo que es citado en el mismo:
» Por su parte, el historiador Gonzalo Aravena, de la Corporación Chilena de Estudios Históricos, agrega el componente de la “frontera mapuche” que iniciaba su anexión por orden de José Joaquín Pérez, sólo en 1861, y a su juicio “bajo el patético eufemismo de ‘pacificación de la Araucanía’; y las provincias norteñas de Tarapacá y Atacama anexionadas recién a fines de aquel siglo XIX, tras la Guerra del Pacífico. Colma esta secuencia la incorporación a la nación de la Isla de Pascua por el marino Policarpo Toro en 1888, sin que nadie preguntara a sus polinésicos habitantes si querían pertenecer a la nación, como tampoco se hizo en los casos anteriores”.»
Atentamente,
Equipo de El Patagón Domingo
Qué bueno que Np (sería bueno saber quien es para intercambiar reflexiones) haga la observación. Pero es importante indicarle a él o ella que yo entregué mi aporte al Patagón Domingo indicando la fuente en que me basaba, pues es mi manera de trabajar, la que se me enseñó en el colegio y la universidad. Por tanto, siempre que baso mis reflexiones en otros autores o autoras, cito a quien pertenece la idea original o de quien deriva la reflexión. Aclaro lo anterior a Np y a todos quienes hayan leído y lean la nota publicada. Solicito que esta aclaración sea publicada en el siguiente número
Mauricio:
Esa aclaración la publicamos aquí mismo y fue enviada a quien señaló la inquietud, donde explicamos que la nota menciona cuál es la fuente inicial.
El Patagón Domingo
Es importante además aclarar que no soy historiador, ni me he arrogado tal título. Mi profesión es la Antropología Social y desde ella he incursionado en la historia de la región de Aysén.