La dispar balanza del divorcio y el matrimonio
Me caso o no me caso? Esa es la pregunta que ha llenado de miedos a los chilenos y chilenas, disminuyendo los matrimonios año a año. Aún más impresionante es el dato que dice que en Chile hay más divorcios que matrimonios, por lo que El Patagón Domingo dio una vuelta por los vestidos blancos, libretas de matrimonio, datos duros y habló con las iglesias para intentar despejar dudas de si la realidad de convivir se sigue en Aysén en desmedro del casarse “para siempre”.
Matrimonio en cifras
En orden de tener los datos duros nos dirigimos a la primera fuente regional en materia matrimonial: el Registro Civil de Aysén. Ahí conversamos con su director, Hugo Zamora, quien afirma que según los datos que existen hasta el año 2009, la tendencia regional en lo que respecta a las cifras de matrimonios se ha mantenido. Por ejemplo, el año 2005 se registraron 251matrimonios, el 2006, fueron 266, y 250 (2007), 219 (2008) y 239 (2009) en los años siguientes.
“En razón a eso la media es prácticamente la misma, y eso en razón a que si uno ve la población regional no ha aumentado, la gente se ha movido por situaciones estacionales y de trabajo”, explica Zamora, aún cuando el director lee las cifras de forma optimista, en estos últimos 5 años la cifra más que mantenerse ha disminuido.
Al consultar al director por los rangos etáreos y la cantidad de nulidades y divorcios en la región, nos sugirió dirigirnos al Instituto Nacional de Estadísticas. “(Los datos) aquí están en forma general, nosotros tenemos las cifras gruesas, mayor detalle te puede entregar el INE y, de repente, no hay lógica, porque hay casamientos iniciales, intermedios o finales, hay gente que se casa por beneficios para los hijos, hoy las leyes a veces te obligan a hacer ese trámite”, argumentó Zamora.
Lógicos los datos o no, fuimos al INE a intentar quitarle la capa a la cebolla aysenina y, aún cuando la disposición de los funcionarios fue la mejor, fue muy poco lo que pudimos encontrar, ya que, como nos explicaron, el INE tiene un convenio con el ministerio de Salud y el registro Civil para cuadrar las estadísticas vitales regionales, sin embargo, la descoordinación desemboca en un desfase de 3 años, por lo cual los datos del INE en el compendio 2009 llegan sólo al año 2006 y no cuentan con rangos etáreos ni nulidades regionales. Para indagar más sobre la realidad regional, revisamos la encuesta CASEN 2006, que si bien no es la verdad absoluta, si ayuda a comprender el espectro regional. De un universo regional de personas en edad laboral, el estudio arroja que en un lapso de 16 años se ha cuadriplicado la cifra de convivientes, ha disminuido levemente la cantidad de matrimonios y se ha duplicado la cantidad de separaciones. (Ver cuadro)
No contentos con esto, fuimos a la oficina parroquial de Coyhaique, ahí la secretaria nos confesó que no existe un compendio regional sobre matrimonios por la Iglesia Católica local, sino que debía revisarse parroquia por parroquia. Amablemente, la mujer tomó un gran libro con las firmas de las 10 comunidades adscritas a la parroquia coyhaiquina y constató la baja en los matrimonios religiosos comenzando el año 2006 con 36 celebraciones, para disminuir al año 2009 a 27 y en lo que va de este año a 21.
La cifra dista bastante de los datos entregados por el Registro Civil, los patagones no sólo se están casando menos, si no que además no firman por la Iglesia Católica, ¿será falta de devoción religiosa, se están cambiando de iglesia, o como avizoraba el director regional es visto hoy como un mero ‘trámite’?
A días de realizar el cursillo “El matrimonio en el aspecto bíblico”, el padre Victorino conversa con El Patagón Domingo sobre la realidad actual de los matrimonios religiosos y la visión de la Iglesia Católica para consultarle qué piensa del sagrado vínculo.
“En síntesis, que tiene que ser hombre-mujer no hay que darle más vueltas, respetemos a otras personas, pero la biblia habla de macho y hembra”, afirma el religioso y agrega que la finalidad del matrimonio para la Iglesia Católica tiene que ver con la fecundidad, “para una realización de la persona hombre-mujer, pero una realización que se va a visibilizar en la sociedad y la naturaleza, tendrán que ser fecundos y, además, de ser fecundos tendrán que dominar la naturaleza, no para ser dueño de fundo, sino para mejorar y perfeccionar la naturaleza, que sin la presencia del hombre- mujer, la naturaleza no sería perfecta, ahora si la echamos a perder es otra cosa”, dice riendo.
En cuanto a la falla del ideal católico del matrimonio “para toda la vida”, el padre explica que “en la biblia también encontramos que se rompe el núcleo y ahí esta el divorcio, y eso duele, rompe una comunión de vida que, según la tendencia humana es para siempre, después llegará la sociedad, la cultura, la historia y los medios un poco a trabajar en esta relación, pero instintivamente el hombre y la mujer sienten que es tan bueno y bello el encuentro que, que sea para siempre, si algo es bueno que dure, ¿para que va a terminar?”
En cuanto a las separaciones el sacerdote asegura que la Iglesia comprende y acepta la separación. “La separación puede darse por la Iglesia, la Iglesia defiende el matrimonio monogámico para siempre, pero considera la realidad humana que a veces constata que hay separaciones, no vamos a obligar a uno que viva una vida que no siente”, dice, sin embargo repite que “el ideal es otro (…) en el primer capítulo del Génesis, Dios habla de 2 personas en una sola carne, que no separe el hombre lo que Dios ha unido, la separación vino después, por una falla humana, pero no es el ideal de Dios”.
Miedo y desconfianza
Finalmente, al preguntarle sobre la causa de la baja en los matrimonios religiosos, el padre Victorino atribuye el descenso al miedo y la desconfianza, “creo que tienen miedo y me da pena, también no seamos tan arrebatados de casarnos así no más, pero el miedo tampoco. Si estoy pololeando hace tiempo ¿la quiero o no la quiero? ¿me gusta o no?, el miedo significa que desconfío, no me siento seguro de mí mismo, ni de mi pareja, entonces pongámonos de acuerdo, estemos juntos 1, 3, 4 años. Esta política de comerciante es negativa, economía política de intereses, hay que estar atentos porque si no voy a la quiebra, e ir a la quiebra afectiva es cosa seria y Jesús no quiere que vayas a la quiebra, tendré que pensarlo, pero tengo todo en ganar si estoy atento a lo que nos enseña Jesús (…) hay que renovar la fe en lo humano también, si dudamos de nosotros ¿en qué quedamos?”.
Por su parte, la iglesia evangélica, a través del presidente del Consejo de Pastores Evangélicos, Javier Gallegos, afirma que aunque no cuentan con los datos duros por el momento, la cantidad de matrimonios evangélicos ha aumentado, y comparten la visión de la iglesia católica frente al matrimonio heterogéneo.
“Nosotros concebimos el matrimonio a través de lo que establece Dios en su palabra que es hombre-mujer, contrario a lo que hoy se esta promoviendo, es anti-natura, no es que rechacemos a la persona, si no que más bien no estamos de acuerdo con uniones del mismo sexo”, declara Gallegos.
Respecto de la separación, el pastor afirma que no hay una voz oficial dentro de la iglesia evangélica en cuanto a que si un evangélico pueda separarse, sin embargo, aceptan fracasos anteriores (de otras religiones) que deseen casarse por su institución.
Historias reales
Dejemos las cifras a un lado y vamos a la realidad. Así, nos topamos con 2 matrimonios muy distintos entre sí, pero con convicciones muy similares.
Saliendo del Registro Civil, con libreta matrimonial en mano, encontramos a Andrés Levicoy y Carolina González, de 30 y 25 años, respectivamente. Les preguntamos por qué tomaban esta decisión.

“No me interesa casarme por la iglesia, no soy devoto de ninguna religión”, concluye Andrés llevándose a su esposa del brazo, alegres ambos de haberse convertido en cónyuges.
Largo pololeo
Con hartos añitos más, Héctor Aguilar y Natalia Muñoz, después de 26 años de lo que ellos llaman “un largo pololeo”, decidieron casarse por la Iglesia Católica.
“Porque ya era tiempo que nos casáramos por al iglesia, llevábamos por el civil 26 años”, afirma Héctor. “Nos faltaba por la iglesia, había que terminar bien el matrimonio”, agrega su esposa riendo.

Insólito, pero cierto. La pareja esperó a que sus 5 hijos dejaran el hogar para contraer nupcias, derrocando la teoría del “nido vacío”, que establece que una vez que los hijos se van, la pareja se separa.
En cuanto a la baja matrimonial actual la pareja atribuye la reticencia a una falta de responsabilidad de parte de la juventud actual, “que se casen los jóvenes y sepan cumplir con su matrimonio, que lo respeten como debe ser (…) los jóvenes de ahora ni se casan y los que se casan al poco tiempo terminan y no es justo, viven una vida vacía, porque no llevan la vida como debe ser, viven 2 ó 3 meses, mejor tener un pololeo largo y casarse seguros, nosotros nunca hemos tenido un problema”, asegura la flamante novia coyhaiquina minutos antes de dar el “sí”.
Aún cuando nos habían soplado que este matrimonio sería múltiple, de 3 novios y 3 novias, sólo una pareja llegó al altar. “Sí, los otros se arrepintieron”, ríe Natalia, mientras su esposo entre muchos abrazos familiares, sobre los que no llegaron, nos grita: “es que quieren seguir pololeando”.
Realidad impactante
Del año 2007 al 2009 casi se han triplicado las cifras de divorcio en nuestro país a 5 años de implementada la ley. Los divorcios pasaron de 17 mil 661 en 2007, a 49 mil 949 en 2009. Respecto de esta tendencia el sicólogo de la Universidad Central, Fernando Urra, explica que en la actualidad “tenemos una gran cantidad de mujeres absolutamente autónomas e independientes, en lo económico, por lo tanto la mujer no está tan dispuesta como hace unos años atrás, a vivir bajo el mismo techo con una persona si no se siente feliz, si no se siente contenta”.
De este modo, Chile se perfila para ser uno de los países con la tasa más alta de divorcios a nivel mundial. Según el director de Separadosdechile.cl, Ricardo Viteri, al cumplirse 5 años de vigencia de la nueva ley de matrimonio civil, Chile ocupa primer lugar en ranking de países con mayores alzas de separaciones legales en los últimos 10 años. Si la tendencia de divorcios observada en los primeros 9 meses de 2009 se mantiene hasta diciembre, Chile tendrá este año una tasa de divorcialidad de 3,5, ocupando el octavo lugar entre los 20 países con las tasas de divorcialidad más altas del planeta.
Los países que registran los promedios más altos de tasas de divorcialidad, entre 2003 y 2007, son: Aruba 4,7; Rusia 4,68; Uruguay 4,2; República de Moldavia 3,9; Puerto Rico 3,8; Ucrania 3,7; EEUU 3,6. Se observa un aumento de un 517% en las separaciones legales en Chile, en el periodo 2000 a septiembre de 2009, ocupando el primer lugar de países con mayores alzas en este decenio.
En cuanto a las edades para divorciarse, según datos del INE nacional, en el año 2008 las parejas que se divorcian luego de 20 años de casados, doblan la cantidad de parejas que lo hacen entre los 15 y los 19 años, al respecto Ricardo Viteri declara que “nosotros lo hemos interpretado como el síndrome del ‘nido vacío’, donde se alejan los hijos y se produce este vacío esta falta de comunicación”.
Sólo el año pasado en Chile hubo 211 divorcios diarios, la realidad regional aún no está clara, esperaremos 3 años más para que los datos pasen el desfase, o el Registro Civil mantenga un compendio regional que nos ayude a visibilizar si esta es una problemática que nuestra región deberá empezar a trabajar.