EXCLUSIVO Representante de SalmonChile analiza escenario en Aysén:

EXCLUSIVO Representante de SalmonChile analiza escenario en Aysén:

“Si la autorregulación no funciona, nadie  paga, ni se hace cargo de los daños que provoca”

Cuidando de no ideologizar la actividad y con la autocrítica a flor de piel, uno de los máximos ejecutivos de la salmonicultura nacional, apunta a que la industria y sus representantes estén más cerca de las comunidades y exhorta a que las autoridades aporten dejando de darle la espalda al mar.

 Por Jorge Díaz Guzmán

    La acuicultura en las regiones de Aysén y Los Lagos fue parte importante del desarrollo económico en los últimos años. Diversas empresas nacionales y extranjeras impulsaron esta industria de manera explosiva, tanto, que países productores, como Noruega, vieron amenazado su liderazgo, y levantaron acusaciones que iban desde el dumping ecológico, hasta la aplicación de algunos antibióticos no permitidos por los mercados más exigentes.

   Surgieron las críticas y las autocríticas, apuntando a la carencia de una norma jurídica de regulación. El Ejecutivo propuso una nueva Ley General de Pesca y Acuicultura, que fue aprobada en el último día del gobierno de la Presidenta Bachelet. La norma legal no dejó contentos a todos los involucrados y ya se escuchan voces disidentes entre los pescadores artesanales y parlamentarios.

   Para la región de Aysén, esta actividad es muy importante por la cantidad de mano de obra que genera, principalmente, en el Puerto Chacabuco, Aysén y Puerto Cisnes, como por el dinamismo que aporta mediante el desarrollo de la industria secundaria y el movimiento portuario.

   Para conocer el estado de la industria salmonera en Aysén, El Patagón Domingo entrevistó a uno de sus impulsores, el director de Salmón Chile y empresario del área, Carlos Vial Izquierdo.

   ¿Cuál es la situación de la industria luego de enfrentar situaciones tan adversas como la baja de la demanda en el mercado estadounidense, el fuerte sismo en Aysén, la crisis económica mundial y la aparición del virus ISA?

   Esos hechos que son muy fuertes, marcan un antes y un después, pero el gran hito es la aparición del virus ISA. Hasta antes de esa enfermedad, sólo habíamos enfrentado enfermedades de origen bacteriano que se producen por la intensificación de la actividad y que controlábamos con remedios (antibióticos), incluso se nos acusó del uso intensivo de estos medicamentos, no obstante, que siempre se usaron dentro de las normas sanitarias existentes en Chile.

   Lo que sí ocurrió, es que alguno de los antibióticos autorizados en Chile, habían sido prohibidos en algunos países de destino de nuestra producción, los que generaron algún tipo de obstáculos en la comercialización, que se superaron adecuadamente. Pero también diría que hubo un problema anterior que nos afectó fuertemente, me refiero al atentado a la Torres Gemelas en EE.UU. el 11 de septiembre de 2001, ese acontecimiento frenó fuertemente las exportaciones a ese país, fue nuestro primer gran problema.

    Ahora cuando aparece el virus ISA, se nos afecta la producción, porque los peces se mueren y se produce una contracción en nuestro capital, pasando de tener $ 300 millones en el agua (salmón del Atlántico) a tener $30 millones, es decir, una baja en 10 veces, ese es el efecto mayor del virus. Per también nos afectó la siembra que era del orden de 15 millones de pescados mensuales, bajando a un y medio millón mensual. La actividad se redujo fuertemente. Pero como el virus aún está vigente, nuestra recuperación se dificulta, no se recupera.

   Ahora en Aysén, en particular, los efectos del ISA no fueron tan fuertes, porque aquí existe una gran producción de trucha y salmón coho, pero el crecimiento de la industria estaba basado en el salmón del Atlántico, principalmente, de empresas que venían de la Región de Los Lagos que estaban generando un impacto positivo en la logística de nuestra actividad, y este virus impide que ese incremento de la industria se materialice en Aysén, ya que sus efectos impidieron la cosecha de los sembrado en esta región.

   Este escenario, ¿cómo se enfrentará en Aysén, existe alguna ventaja para la recuperación de la industria considerando las características de nuestros fiordos y el hecho que aún no estaba tan intensificada como la región vecina?

   Yo estimo que Aysén tiene ventajas para la recuperación, considerando la reciente aprobación de la Ley General de Pesca y Acuicultura, porque el corazón de la legislación apuntaba un problema central, permite que la industria se organice en el mar y poder deshacer y evitar el hacinamiento, otorga atribuciones al servicio nacional de pesca que antes no tenía, regula y exige determinadas normas ambientales y sanitarias en que todos están obligados a observarla.

   ¿Entonces eso evidencia que la autorregulación a la que algunos apelaban, no funcionó?

   Es que la autorregulación, cuando hay tantos actores involucrados es imposible que funcione. Hay más de 40 actores, más los barcos, empresas de servicio, etc., y además que el problema de la autorregulación es que si no funciona, nadie  paga, nadie se hace cargo de los daños o perjuicios que le provocas a tu vecino, es el propio afectado quien debe enfrentar esos daños, si no hay multas al que le tira la basura al vecino, la autorregulación no es posible. Hoy la industria sabe lo que tiene que hacer, pero no lo puede hacer sola, se requiere el diálogo con el Estado, necesitamos conversar con la autoridad con todos los temas sobre la mesa.

   Considerando este retroceso que tuvo la industria, ¿en qué pie está la Región de Aysén para reactivar la industria salmonera, tenemos ventajas o desventajas en el actual cuadro?

   Estamos en mejor pie, la región tiene espacio, están los sitios de cultivo y no hay hacinamiento, pero se necesita reordenarse. El fiordo de Aysén, donde empezó la desarrollarse la industria hoy tiene variadas actividades marítimas, en mi opinión requiere un reordenamiento, ahí llegan los barcos, ahí se procesa, las comunidades costeras depositan las aguas servidas, etc. Entonces debemos darle plazo a esas empresas acuícolas para que se ubiquen en otros lados, esa es una cosa.

   A nivel nacional se requiere que las barreras sanitarias se observen, yo creo que no hay barreras sanitarias aún, es prioritario mantener bajo control un buen estado sanitario y ambiental para desarrollar la industria. 

   Tenemos que asegurar que nos desarrollaremos en un ambiente limpio, para ello debe comprometerse no sólo a los productores, sino a toda la cadena asociada, de ahí la importancia de los cluster, que incluya a las agencias estatales. Todos debemos estar en sintonía.

Compromiso y cercanía

   Se les critica la escasa relación con las comunidades costeras, ¿eso cambia en esta nueva etapa de la industria?

   En la región de Aysén hay bastante integración, comparado con lo que ocurre en la Región de Los Lagos (…) yo tengo la experiencia con lo que se hizo cuando iniciamos en la década de los 80 en Frío Sur y viví muchos años en Aysén. Creo que esa es la manera de hacerlo y si no se hace es un déficit. En la medida que las empresas no se integren con las comunidades en forma compoleta van haber problemas.

   En general, en Aysén hemos tenido un mejor grado de integración. Es complicado cuando los ejecutivos no viven en el lugar, cuando las sedes de las empresas están en otro lado, el gran problema en ese sentido es que los salmoneros se han quedado en Puerto Varas y Puerto Varas ha sido la perdición, porque tienden a quedarse en sus casas y las casas deben estar donde está la actividad. Y en la medida que haya más desarrollo y progreso, los colegios son mejores y la vida es más cómoda, así se empezó en Aysén. Hoy  no se justifica que no haya integración, hay buenas carreteras, buenas comunicaciones, hay de todo. El creer que uno merece más que lo que ofrece la región o que es insuficiente, es una atrocidad social. Si se piensa así, hace bien la sociedad en rechazarlos.

   ¿Qué esperan del nuevo gobierno como industria salmonera, de las nuevas autoridades del Ejecutivo?

   Yo en esto me sitúo en la región. Mi gran crítica a los gobiernos regionales de los últimos 40 años es que han ignorado el litoral, siempre se dan señales como si Aysén es la Patagonia, como si fuera sólo Coyhaique, se ha mirado el desarrollo sin mirar el mar.

   Espero que las nuevas autoridades miren más el mar, las comunidades costeras y sus actividades, las actividades relacionadas con el mar han tenido poco apoyo (…) Veo que el tema pesquero y el acuícola han sido manejado muy centralmente y la autoridad local muy al margen en la importancia que tiene esta.

   La región tiene mucho que aportar, en particular, en nuestra coexistencia con la comunidad, con los cluster, con los pescadores artesanales, con las autoridades más locales, es necesario más diálogo, y yo espero que eso ocurra, sino seguiremos esperando. No creo mucho en las grandes políticas, no creo que la diferencia sea entre un gobierno más o menos liberal, lo que influye es que haya más regionalismo, que las autoridades regionales tengan poder, que asuman el liderazgo que les corresponde asumir y en ese rol involucrarse bien con lo que es Aysén y si es necesario llevarnos de nuevo la capital regional a Aysén, que se haga.