Opinión

Patagonia Chilena, una marca registrada

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Por Jorge Díaz Guzmán @JdiazguzmanCom


Hace unas semanas fue publicada en diversos medios argentinos, una noticia sobre un acuerdo entre las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y el Ministerio de Producción e Industria argentino para reposicionar en los mercados internacionales la Marca Patagonia Argentina, un sello que se inscribirá como Marca Registrada y de propiedad del Estado argentino.

La marca Patagonia tiene hoy -más que nunca- un gran valor comercial, asociado al cuidado del medioambiente y/o a un espacio, donde aun se puede apreciar la naturaleza lo más cercano a su escenario primitivo.

La iniciativa tiene como objetivo central posicionar una marca con los productos trasandinos que en esa parte del territorio existen, es decir; la promoción turística, sus carnes, productos del mar, alimentarios en general -vinos, cervezas y licores- y también su manufactura. Para los argentinos, la Patagonia es un producto, que lo saben escaso y por tanto fácil de vender a buen precio, tanto así, que el acompañamiento técnico y financiamiento de la nueva imagen de la Marca Patagonia Argentina, es por cuenta del Consejo Federal de Inversiones.

Por acá, en el área occidental patagónica, nos cuesta reconocernos como tales, ejemplos; el informe del tiempo, nos define como “extremo sur”, otros como la “zona austral”, el austro chileno y muy pocos hablan de nuestra Patagonia, la Patagonia Chilena.

De ahí es que estemos haciendo fuerzas para que en la nueva Constitución del país se reconozca que esta parte de Chile, que representa más de un tercio del territorio nacional, se denomine bajo el nombre de Patagonia Chilena, no con un animo chauvinista, sino con el objetivo de que la gente que vive en este territorio, tenga las mismas oportunidades que el resto del país tiene. Que tengamos un estatuto para cuidarla y establecer un “rayado de cancha” para que quienes desarrollen actividades económicas aquí, lo hagan con apego irrestricto a normas ambientales de alto estándar, generen desarrollo económico y social de acuerdo a ese “estándar” especial.

La provincia de Palena junto a las regiones de Aysén y Magallanes requieren de normas diferenciadas, a fin de desarrollarse y para que en un futuro Estado plurinacional se equilibre en un rol armónico con la ciudadanía y con el sector privado, es decir, un Estado que pueda generar políticas diferenciadas, que considere la excepcionalidad territorial.

Pero volviendo a la marca Patagonia, que compartimos con la República Argentina, donde dicho sea de paso viven más chilenos que en la nuestra, como argumentamos en nuestra propuesta constitucional, la Patagonia chilena representa el 34% del territorio nacional y contiene solo del 2 % de los habitantes de la nación chilena.

Entonces, junto con disponer de una norma constitucional que garantice que seguiremos siendo un territorio de privilegio ambiental -un activo que caracteriza a la Patagonia Chilena- debemos demostrar cómo se convive con esta naturaleza maravillosa. Para ello se requieren de leyes y estatutos especiales, solo así podremos administrar adecuadamente todos los recursos que ella contiene y garantizarlos para las futuras generaciones.

La Marca Patagonia Chilena tendrá que competir con la marca de nuestros vecinos y en el mundo actual, donde la ética social es un requisito, las marcas registradas se imponen y agregan valor en la medida que el concepto que se vende y la realidad concreta son coherentes y se hace evidente; y en ese escenario -conociendo ambas-  la Marca Patagonia Chilena tiene el éxito asegurado, pero para ello la Convención Constituyente, el Estado Nacional, los Gobiernos Regionales y la ciudadanía activa deben actuar en consecuencia.

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