Opinión

Reenfoquemos la discusión




Por Luis Felipe Slier @USanSebastian
Director de Ingeniería Comercial, U. San Sebastián, Sede Concepción


Han transcurrido ya varios años en que no hemos logrado concretar una reforma a nuestro Sistema de Pensiones en Chile. Nuestros legisladores no han alcanzado un consenso para precisar qué sistema es el que Chile debiese adoptar en el largo plazo. En mi opinión, se debiese avanzar hacia un sistema complementario y paralelo a las AFP, que permita a los ciudadanos escoger en función de las libertades de cada uno para lograr generar un sistema público que ofrezca mejores condiciones que el sistema privado individual. Así, las personas podrían elegir entre aquel que le otorgue mayores beneficios a un menor costo.

Son muchas las variables que deben estar en juego, para llegar a un acuerdo, pero el principal es mirar el beneficio de nuestro país en el largo plazo independiente de las presiones eleccionarias que todos los años enfrentamos, ad-portas de una elección para reformar nuestra Constitución que demorará a lo menos 2 años.

Será muy complejo que se vote una reforma, como Chile necesita y en el corto o mediano plazo, donde se discuta con altura de miras la posibilidad de aumentar los años para jubilar llevando por ejemplo la edad de jubilación hasta los 70 años, para hombres y mujeres, o aumentar el porcentaje de cotización, por ejemplo, a un 20%, establecer un fondo solidario que beneficie realmente a quienes no tuvieron las mismas oportunidades, o terminar con la crítica al sistemas de AFP sin tener una propuesta concreta, clara y por sobre todo con los recursos que financien los años de jubilación.

A la vez, debiésemos incorporar mayor transparencia en los sistemas actuales que poseen las AFP para poder transparentar las comisiones que cobran dichas instituciones y, asimismo, eliminarlas cuando existan pérdidas por más de un mes consecutivo en un fondo determinado. Se debiese optar también por definir un monto de pensión mínima igual a un sueldo mínimo mensual y establecer rentabilidades mínimas garantizadas por fondo, con cargo a la Administradora de Fondos de Pensiones, que sea regulada por parte del Estado.

También se podría incorporar una modificación que elimine el tope imponible y que establezca tramos de cotización para rentas que estén por sobre 15 veces el sueldo mínimo, y dichas cotizaciones en rentas altas pudiesen destinarse a apoyar las pensiones básicas solidarias, permitiendo que los que ganen más ayuden a los que han tenido menos oportunidades en su vida laboral.

Ideas hay muchas y desde muchos sectores. Sin embargo, todos estos temas debiesen estar hoy en la discusión parlamentaria en lugar de ocupar su tiempo en torno a si se retira o no un tercer o cuarto 10% de los fondos de las AFP.

Como país y como Estado debemos hacernos cargo de las situaciones que están viviendo nuestros compatriotas y debemos ir en ayuda de aquellas personas que tienen menos recursos. Así, actualmente debiésemos estar pensando en ampliar y masificar aquellos ingresos de emergencia, que hoy llegan a muchas familias, para poder apoyarlas sin que sea necesario recurrir a sacar reiteradamente los dineros de los fondos de pensiones. Debemos avanzar en pensar un sistema de seguridad social y no solo un sistema de pensiones o jubilaciones, que hoy por hoy de “júbilo” tiene muy poco.

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