COLUMNA EPD: “Queremos una Renovación Nacional…”
Frei, y Ruiz Esquide al igual que Novoa cumplirán su periodo en 2014 y dejarán el Senado, habiendo permanecido 24 años los 2 DC, y 16 años el UDI. Y es que, en esta oportunidad los unió el mismo espíritu: los tres que se bajan –hasta ahora- coincidieron en argumentar que es necesario la renovación de la política para que el país avance. Y para ello, han entendido que el alejamiento del Congreso, a estas alturas, es clave.
Por Claudio Díaz Peña (*)
cdiaz@elpatagondomingo.cl / @claudio_diazp
En los últimos días me he preguntado a qué se debe que algunos conspicuos senadores de fuste y nombre en el Senado estén optando por no ir a la releección parlamentaria este 2013.
Es el caso del senador deomocráta cristiano Eduardo Frei-Ruiz Tagle, quien explicó públicamente la semana pasada por qué desistía competir nuevamente por la circunscripción senatorial 16, en la región de Los Ríos.
24 horas después, fue el senador de la UDI, Jovino Novoa, quien anunció también que no repostulará a la Cámara Alta. Y este martes, el senador por la región del Bío Bío, el DC, Mariano Ruiz Esquide, se transformó en el tercero en repetir el anuncio.
Frei, y Ruiz Esquide al igual que Novoa cumplirán su periodo en 2014 y dejarán el Senado, habiendo permanecido 24 años los 2 DC, y 16 años el UDI.
Y es que, en esta oportunidad los unió el mismo espíritu: los tres que se bajan –hasta ahora- coincidieron en argumentar que es necesario la renovación de la política para que el país avance. Y para ello, han entendido que el alejamiento del Congreso, a estas alturas, es clave.
Por eso, llama la atención otros casos de permanencia tan latas, como la del senador RN por la Región de Aysén, Antonio Horvath Kiss, quien ha ejercido como tal durante 3 periodos consecutivos desde 1994. Es decir, va para los 20 años en la Camara Alta, categoría que comparte con Andrés Zaldívar, de la DC, y Hernán Larraín de la UDI. Claro que Horvath Kiss, es parlamentario desde el retorno a la democracia en 1989, con una iniciación de 4 años como diputado, por lo que al cumplir su actual periodo hacia el año 2018, el ecosenador habrá permanecido en el Congreso prácticamente 30 años.
Es cierto que desde esa fecha, Horvath Kiss ha ganado todas y cada una de las elecciones, superando siempre en votos a sus contendores, y obteniendo mayoría regional inapelable en estos 23 años, incluso cuando enfrentó en 1989 su primera justa electoral entre 11 candidatos a diputados por la región de Aysén, 11, y ganó…
De inmediato, el argumento, de que la gente sigue votando por Horvath, y que le gusta Horvath sale a flote y parece razonable. Pero el problema no es Horvath, más bien va más allá de él y de la posibilidad de una reelección continua, infinita, y es que debe existir la capacidad de dar espacio y dar cuenta -como Novoa, como Frei o como Ruiz Esquide- de un verdadero cambio, tal cual se denomina el partido de Horvath: se necesita una «Renovación Nacional«.
Por eso, aunque fue el imperio romano que nos legó la institución del Senado, donde también se decía se representaba a la ciudadanía, pero con senadores vitalicios, la adaptación al mundo contemporáneo supone la alternancia. Tengo la convicción que si se hubiese aplicado la encuesta Adimark en esa época de Cayo Julio César Augusto, probablemente se repetiría el rechazo permanente, que hoy alcanza a un 66% desaprobación ciudadana para el Senado chileno.
La renovación de la política chilena es un temazo, porque una política de calidad significa que sea lo más democrática posible, que sea dinámica, con nuevas ideas, o sea, con nuevos rostros. El problema es que más allá de las renuncias voluntarias de Frei, Ruiz Esquide y Novoa, limitar que los parlamentarios se perpetúen en el Congreso, es algo que deben legislar los mismos que quieren y pretenden quedarse vitaliciamente en sus escaños…
(*) Es Periodista y Editor de Contenidos de EPD Comunicaciones Ltda.
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