COLUMNA EPD: «Paranoia y Estado Policial»

Hoy a 5 semanas desde que se iniciaran las manifestaciones,  primero en la comuna de Aysén y luego en toda la región, pareciera que la apuesta del gobierno es al cansancio de la ciudadanía y a que la intervención de los grupos moderados y que tienen intereses económicos en juego, se impongan por su propio peso.

Por Jorge Díaz Guzmán (*)
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

Seguramente con el paso del tiempo, surgirán una serie de estudios de cómo no se deben hacer las cosas en un conflicto social, luego que concluya el Movimiento en Aysén.

La actual administración no ha escatimado esfuerzos en hacer chambonadas, primero fue porque las autoridades locales no tuvieron  las habilidades para entender el movimiento de los pescadores artesanales. Luego, porque quienes vinieron desde la capital, no conocían la idiosincrasia de los patagones, en especial la de los ayseninos y, tercero, porque en la lógica del gobierno, no supo diferenciar entre el orden público, que todo Estado de Derecho debe garantizar y el derecho a la manifestación pública, que también un Estado Democrático debe garantizar a los ciudadanos.

La movilización de Aysén no debió haber durado más de 2 semanas, si el gobierno hubiese implementado la mesa de negociación y dimensionado adecuadamente la fuerza social que tenía el movimiento. La diversidad de actores sociales y la invisibilidad de una “mano” política puso en alerta al Ministro del Interior, que preso de la misma paranoia que le hizo cometer errores en el “Caso Bombas”, donde asesorado por el ex fiscal Alejandro Peña, creyó haber descubierto un grupo subversivo con el cual podría justificar su prometida mano dura, vio en la Región de Aysén. Ni que se hubiese repetido la misma asesoría paranoica.

La gente de Aysén se levantó porque estaba la temperatura social para que ello ocurriera, aquí no hay manipulación ni planificación. Lo que acrecentó la indignación de Aysén fue la acción equivocada desde el poder central, el antipirético que aplicó el ministro Mañalich (que hasta ahora le ha salido gratis) quién  ninguneó a los dirigentes ayseninos, cuando acusó al movimiento Patagonia Sin Represas, como articulador de la protesta ciudadana.

Hoy a 5 semanas desde que se iniciaran las manifestaciones,  primero en la comuna de Aysén y luego en toda la región, pareciera que la apuesta del gobierno es al cansancio de la ciudadanía y a que la intervención de los grupos moderados y que tienen intereses económicos en juego, se impongan por su propio peso. Una vez más, da la impresión que el cálculo oficialista es equivocado, no tomando en cuenta que la aplicación de la Ley de Seguridad, fortalece al Movimiento, justo cuando daba la impresión que éste estaba decayendo. El ministro Hinzpeter, nuevamente con problemas de motricidad fina en política, es decir, de “tiempo y distancia”.

Hoy lunes el director nacional de Orden y Seguridad de Carabineros, general Alfonso Muñoz, informó que la institución aumentó en un 50% su contingente en la Región de Aysén, medida que se mantendrá mientras dure el conflicto en la zona.

El Gobierno, transforma  la apacible Patagonia, donde viven de manera dispersa, no más de 120 mil personas, donde la manifestación más numerosa de Aysén o Coyhaique es menor a una marcha de «Los de Abajo» o la «Garra Blanca» saliendo del estadio Pedreros o del Nacional, en un Estado Policial, ese estado que mantiene un estricto control social, con la amenaza constante de la Ley y con un gran despliegue e inversión en mecanismos de vigilancia policial.

La lógica gubernamental no contribuye a la paz social. No será la aplicación de la Ley de Seguridad ni la mayor presencia de Fuerzas Especiales la que apaciguará los ánimos de Aysén, al contrario, la incentiva y acrecienta.

Lo que la gente de Aysén espera es, que el gobierno que  ellos eligieron -recordemos que en Aysén Piñera logro el 58,5 % de los  votos- resuelva los problemas estructurales que enfrentan los ciudadanos que viven en esta parte de la Patagonia.