Coyhaique crece y crece ¿y hacia dónde?…
Por Jorge Inzulza R.
Fotos: Agencia Imágenes de la Patagonia
Coyhaique ha mostrado un crecimiento poblacional claro durante la última década. Basta con pasear por la ciudad para encontrarse con proyectos habitacionales de diversas compañías nacionales, dando un tono uniforme a algunos barrios.
A estos se suman otros puntos semiurbanos, que han sido ocupados, principalmente, por profesionales de mayores ingresos, que han ido modelando zonas como nuevos espacios para la vivienda, estilo que otros han seguido, y donde hace algunos años eran “puro campo”.
La capital de la Región de Aysén, una de las ciudades más jóvenes de Chile, está creciendo como un adolescente. Pero ¿es sólo un “estirón” o es algo planificado?
David Cladel, máster en ciencias de planificación regional, conversó con El Patagón Domingo, con planos en mano, acerca de qué está pasando urbanísticamente con Coyhaique.
Respecto del sello que ha mostrado el crecimiento de la capital regional, Cladel señala que “lo que se ha registrado es que la ciudad, recibe muchos habitantes de otras comunidades más alejadas que no tienen un buen acceso a los espacios de primera necesidad, como es el caso de la educación. Mucha gente se traslada desde estas zonas principalmente a Coyhaique, y eso se va replicando con otros familiares y así van llegando hasta la ciudad. También, esta es una zona que gira, principalmente, en torno a los servicios públicos, en su funcionamiento y quienes trabajan ahí. Esa ha sido la constante de la historia de Coyhaique”.
Qué ofrece Coyhaique
Ciertamente, hay un escenario que se repite bastante, jóvenes de la región que van a estudiar a otras ciudades y que evalúan si volver a su lugar de origen o no, ¿qué ofrece Coyhaique actualmente para ellos?
David Cladel dice que “principalmente hay una calidad de vida mejor, es algo que he conversado con mucha gente, en comparación a otras ciudades hay otro ambiente, por eso varios profesionales han tomado la decisión de volver. Aunque Coyhaique no es una ciudad a la cual uno llega y se encuentra trabajo fácil, acá hay que jugársela, porque queda mucho por hacer”.
La capital de la Región de Aysén es una suerte de “neo- tierra de las oportunidades”, pero al final del día Cladel cree que hay un factor común.
En Coyhaique, al contrario de lo que pasa en Santiago, hay poblaciones de profesionales, pero no creadas por las constructoras. Aquí la cosa es más “por su cuenta”, con parcelas.
El experto en planificación regional destaca la segmentación de la vivienda como algo socioeconómico. Se podría decir que hay una gran segmentación en lo habitacional, para “arriba” está la casa Serviu, que está en las proyecciones de Coyhaique, obviamente está destinada para una clase media hacia abajo. Mientras que en los alrededores en el sector El Claro, Valle Simpson, se da lo que en el Verdín, en donde la gente se fue al lugar para tener su hectárea con árboles y una buena vista.
Cladel anticipa que lo más probable es que la gente que opta por los sectores periféricos de la comuna, va a dejar de hacerlo, porque junto con el crecimiento de Coyhaique, en las zonas aledañas también se intensificarán los problemas vehiculares, el atochamiento, todo lo que va aparejado a una ciudad que crece. Y como suele suceder, al que no le gusta la bulla, se va a ir otra parte, eso sí, mientras encuentre terrenos disponibles.
Ausencia del concepto de barrio
Una visión similar es la que comparten Patricio Eva y Luis Bozzolo, presidente y tesorero del Colegio de Arquitectos en la Región de Aysén, quienes destacan que hay una segmentación diferenciada en el crecimiento de Coyhaique, pero con un aspecto en común: la falta de planificación.
“Hay una expansión en baja densidad que se da con gente que se va fuera del radio urbano de la ciudad, y otro en alta densidad que lo marcan las casas del ministerio de la vivienda. Y se están encontrando. La gente que quería irse fuera de la ciudad para tener su chacra, espacio y compró un lugar, ahora tiene problemas, porque se le instaló una población Serviu al lado”, señala Bozzolo.
Por su parte, Patricio Eva destaca que el gran problema con la expansión de la “casas Serviu”, son los estándares mínimos de su construcción y desarrollo, lo que deja fuera de su cobertura a la clase media
Las casas Serviu están diseñadas exclusivamente para un segmento social bajo, y se le entrega lo mínimo, al contrario de lo que pasaba en los ’60, con los gobiernos de Alessandri y Frei Montalva, que apuntaron a la clase media. Es cosa de ver poblaciones como la Candelario Mansilla y Las Nieves que tuvieron muy buenos resultados, y hasta hoy se pueden ampliar y mejorar.
Los arquitectos aclaran que la expansión de estos grupos sociales y su alejamiento del área comercial y pública, ya sea por voluntad propia o por decisión del gobierno, se transforma en un problema, en especial, para una ciudad tan dependiente del centro.
Bozzollo destaca que la gente de las casas Serviu va a hacer lo imposible por mantenerse dentro del área urbana, porque así pueden utilizar la infraestructura y no gastar más en irse a lugares que no están urbanizados, donde no hay agua o alcantarillado, y eso no se soluciona con un subsidio habitacional.
Eva, añade que no sólo falta lo básico en esos sectores, el mercado tampoco ha mostrado interés de integrarlos, por ejemplo, hay quioscos o negocios para los productos, pero no solucionan todas las necesidades en esa zona.
Mercado v/s Barrio
Los representantes del Colegio de Arquitectos en la región tienen una propuesta acerca de cómo se puede enfrentar este crecimiento desorganizado de la ciudad. Ante esto su presidente destaca una mayor regulación.

- El seccional Ogana, terreno que a principios de este año tuvo una modificación de uso de suelo aprobado por el Consejo Regional de Aysén, ofrecerá mayor flexibilidad con el nuevo Plan Regulador de Coyhaique, que se someterá a trámite este mes, permitiendo que en este terreno puedan construirse proyectos como un centro comercial o un mall.

“Hay que crear el concepto de barrio, no juntar servicios. Si uno mira alrededor del pentágono de la plaza hay 4 colegios. ¿Por qué se les sigue dando permiso? Tiene que haber un nivel de saturación”, señala el profesional.
Lo otro es densificar el casco urbano, crear proyectos y bajar el costo de los terrenos, el que va creciendo, porque los mismos servicios públicos están arrendando. Hoy en día los terrenos en Coyhaique tienen valores similares a Las Condes en Santiago. Si se revierte eso, los privados lo van a copiar.
Además, actualmente, las constructoras no crean barrios, los proyectos inmobiliarios que tienen en la ciudad, son sólo soluciones habitacionales, finaliza Patricio Eva.
Visite casa piloto
La presencia de los proyectos de inmobiliarias de empresas foráneas es un fenómeno nuevo en la Región de Aysén. Empresas como Altas Cumbres y Socovesa han desarrollado iniciativas que, en lo estrictamente económico, van dirigidas a un público que este dispuesto a invertir entre 1.420 y 3.250 Unidades de Fomento.
El gerente de ventas de Socovesa, Marco Antonio Juanchuto, aclaró a El Patagón Domingo el interés de la compañía de invertir en la ciudad.
“Socovesa es una empresa que nació en el sur hace ya 45 años y durante este tiempo hemos construido en todo el sur de Chile. Coyhaique, además de ser una ciudad de una alta calidad de vida, siempre nos interesó como mercado por su actividad económica”.
Juanchuto al contrario de lo expresado por el Colegio de Arquitectos local, considera que sus proyectos sí incluyen el concepto de “barrio”.
“Una de nuestras características en todos los proyectos que desarrollamos, es generar concepto de barrio, sentimos que es muy importante generar identidad y pertenencia en los lugares en que construimos. De esta manera transformamos a los habitantes en personas que tienen un vecino, que tienen una plaza y que, en fin, tienen un espacio de la ciudad que les pertenece y lo siente suyo”, explica el ejecutivo de la inmobiliaria.
Incidentalmente, en los kit informativos de la empresa se destaca la cercanía de la Villa Estancia Austral con una mulltitienda de la construcción y un colegio particular, como puntos de interés.
Manzanas de colores
Actualmente, en la Municipalidad de Coyhaique están prontos a iniciar la etapa de recepción de propuestas ciudadanas para la renovación del plan regulador de la ciudad. Este proceso se iniciará en el mes de septiembre y tiene a los profesionales de la secretaría comunal de Planificación, revisando los cambios que se harán en la capital regional.
La arquitecta Paola Azócar, pertenece a esta entidad y nos adelanta algunos de los puntos a renovar en este plano, lleno de colores que muestran el uso que se le da actualmente a cada manzana de Coyhaique.
¿Qué ciudad se pretende formar con los cambios al plan regulador?
Lo más requerido a nivel comunal es el tema habitacional, pero son muchas áreas. Se trata de dar cabida a todo lo que es importante para la comuna. Se busca también una ciudad que mira hacia el desarrollo turístico, a una mixtura de usos en la zona urbana, que permitan equipamiento, viviendas, comercios.
¿Qué planes se están viendo al interior del municipio para entregar viviendas que tengan mayor espacio y equipamiento?
Actualmente, hay una gran presión por el tema habitacional, porque justamente el Plan Regulador no da para extenderse más allá del límite urbano. Hay una diferencia entre la ciudad y lo rural, ya que la subdivisión predial es mucho mayor ahí y no se puede hacer un conjunto habitacional.
Lo que pasa, es que se están concentrando ciertas áreas de habitación en su densidad y no responden a lo que se quiere desarrollar como ciudad. Por eso, en esta nueva propuesta se amplían los límites de la ciudad, para poder tener mayores terrenos para el área habitacional, comercio e industrial.
¿Tienen algún plan para generar otros polos de desarrollo para descongestionar el centro?
La propuesta actual incluye la expansión del eje de Baquedano hacia el este, considera establecimientos para servicios, para que no se concentre todo en el centro.
Inevitablemente hay servicios que sí o sí tienen que funcionar en el centro, como los servicios públicos, pero la idea es otorgar facilidades para que los pobladores puedan movilizarse y acceder a otros lados de la ciudad.
¿En qué etapa se encuentra el cambio al Plan regulador?
Se va a comenzar en septiembre el proceso de participación ciudadana. La consultora Urbe, terminó su propuesta y la municipalidad está en facultades de iniciar las 2 audiencias públicas. Luego de la primera, hay 30 días para recibir las sugerencias por escrito e individualizarlas, y luego de eso tiene lugar la segunda fecha, donde el plazo para recibir las propuestas es de 15 días. Posteriormente, el concejo municipal decide acerca del Plan Regulador.
Azócar destaca que en este proyecto se incluye el sector de Lago Atravesado, que pasa de rural a urbano y facilita a la gente que se está yendo a ese sector, y se responde a una demanda que tienen los vecinos para subdividir e instalar algunas construcciones.
El diagnóstico es claro acerca del crecimiento de la ciudad y los procesos de segmentación que se han vuelto “un proceso natural”, por lo que queda esperar el camino que tomará la capital regional con un nuevo Plan Regulador en vías de ser revisado y posteriormente aplicado.
Lo que vendrá
El experto en planificación regional, David Cladel da luces sobre el desafío que enfrenta la ciudad hacia próxima década.
¿Existen proyecciones acerca del crecimiento de la ciudad para los próximos años?
La ciudad continuará expandiéndose, con todo lo que significa eso, también en lo vial, ya que a pesar de que existen nuevos barrios y zonas habitadas, Coyhaique sigue teniendo todo su espacio comercial y de servicios en el centro, por lo que se va notando mucho más la necesidad de mejorar ese aspecto. O bien de crear “otro centro” en el sector alto.
¿Qué efectos se esperan para proyectos futuros como la construcción de un casino de juegos y un mall?
En el caso del casino, no creo que sea un gran cambio aquí en la ciudad, pensando que en todo el país existen estos centros, y en especial no creo que un visitante quiera venir a encerrarse a un casino, cuando lo que ofrece la región es la naturaleza. Los efectos que va a tener es donde se va a construir. Para alguien que está acostumbrado a vivir en un barrio residencial, va a notar que va a haber más flujo de vehículos, por ejemplo, en calle Magallanes.
En el caso del mall, el efecto sería similar, en el sector de Ogana, hay varios espacios residenciales cerca y ahí si que se va a notar un cambio. Piensa que un mall tiene una cantidad de vehículos en movimiento, que necesitan estacionamiento, y hay mayor circulación de camiones, que cargan y descargan mercadería constantemente, va a haber un efecto grande en ese barrio.
Interesante reportaje. Es claro que falta un ordenamiento, y que pena que sólo se consideren como urgentes de parte del Gobierno los proyectos habitacionales, puesto que creo que faltan espacios urbanos como parques al aire libre -techados-, que en otras ciudades son las clásicas alamedas, que podrían implementarse en los grandes paños de terreno que existen en las inmediaciones de las poblaciones altas de la ciudad. Creo que eso estimularía mucho el nacimiento de otro polo comercial y le permitiría a la ciudad de estos barrios, como también de otros que estamos más lejos, disfrutar al aire libre en bicicleta, caminando con la familia o sacando a pasear al estresado perro patagón, y mejorar la calidad de vida de todos.
Un punto interesante que la consultora planteaba hace un par de años era el tema de que la ciudad le da la espalda a los ríos que la circundan, lo que requiere de una gran inversión pública para generar un «paseo de ribera», con el consiguiente aumento de plusvalía de un montón de terrenos que son residenciales y las potencialidades de las áreas verdes, imagínense el atractivo paisajístico, estético, turístico, comercial, etc.
Definitivamente un mall y un parque urbano debieran construirse en la parte alta de Coyhaique (de Victoria para arriba), en los vastos terrenos de los curas por ejemplo. Eso forzaría a crear más equipamiento en la parte alta, y barrios más consolidados con menos necesidad de desplazarse a la parte antigua baja. También se necesitan en ese mismo concepto dos circuitos de ciclovías uno por la parte alta (en torno a la quebrada el carbón) y otro en la parte baja y circundando OGANA ríos Simpson y Coyhaique.
Lamentablemente Coyhaique no ha sabido sacar provecho de sus ríos, tal como se comenta anteriormente, le damos la espalda a nuestros ríos. Grandes capitales del mundo sacan un gran provecho a este recurso, otorgando un plus turístico interesante, digno de ser considerado a futuro. Espero ver en un futuro no muy lejano un Coyhaique con puentes turísticos y mejor aprovechamiento de áreas verdes, sobre todo a orillas de los ríos.
Y que pasa con el tema de la contaminación? No puede ser que en Coyhaique los colegios, el gimnasio, las oficinas…en fin TODO dependa de la leña!
Hay que cambiar de a poco esa cultura. No pretendo que de la noche a la mañana no usemos más leña, en el campo de hecho por ahora es imposible, en el sector habitacional quizas tampoco, pero el sector público debe dar el ejemplo y para ello tiene que existir una alternativa atractiva en el aspecto económico.